jueves, 16 de enero de 2020


 CAPACIDADES FISICAS CONDICIONALES:
Es la fuerza del músculo en reposo. Si en vez de un muro empujamos a una persona Estas cualidades físicas están desarrolladas de forma diversa en cada persona de acuerdo con el esfuerzo que debe realizar diariamente o en su actividad deportiva, en conjunto determinan la condición física de una persona.
Tipos de capacidades físicas.
La flexibilidad: Permite el máximo recorrido de las articulaciones, gracias a la extensibilidad de los músculos que se insertan alrededor de cada una de ellas. Es una capacidad hormonal que se pierde con el crecimiento.
 La flexibilidad de la musculatura empieza a decrecer a partir de los 9 o 10 años si no se trabaja sobre ella; por eso la flexibilidad forma parte del currículo de la Educación Física, ya que si no fuera así supondría para los alumnos una pérdida más rápida de esta cualidad.
Existen 2 tipos de Flexibilidad:
Estática: Es aquella amplitud de movimiento en que se mantiene una posición fija; ejemplo: Posición Cristo en las anillas, posición invertida, spagat, puente entre otros.

Dinámica: se refiere a la amplitud de los movimientos con desplazamientos; ejemplos: Acción de los saltadores, pitcheo, lanzamiento.

Las tareas de la flexibilidad son:
Ø Mejorar la asimilación y dominio de la técnica ejecución que se practica.
Ø Prevención de lesiones.
Ø Acondicionamiento para trabajo que se realizan posteriormente.
Ø Algunos medios para su desarrollo son:
Ø Ejercicios individuales estáticos o dinámicos utilizando el propio peso corporal.
Ø Ejercicios individuales con aparatos (bancos, ligas, espalderas, resortes).
Ø Trabajo en parejas con o sin implemento.
Ø Trabajos con sobrecargas.
Ø Movimientos típicos: flexión, extensión, abducción, aducción, circunducción.

Factores de dependencia e influencia:
La flexibilidad depende de:

Ø Elasticidad muscular: Capacidad de agrandamiento de los músculos y de recuperación de la posición inicial.

Ø Movilidad articular: grado de movimiento máximo de cada articulación.

Influyen:
Ø La herencia (genética).
Ø La edad (a menor edad más flexibilidad).
Ø El tipo de trabajo habitual (posturas).
Ø La hora del día (por la mañana es peor que a lo largo del día).
Ø La temperatura ambiente y la temperatura muscular (a más temperatura, mayor flexibilidad).
Ø El grado de cansancio muscular.
Ø El grado de flexibilidad trabajado a lo largo de los años.
Ø Por norma general las mujeres suelen tener más flexibilidad que los hombres por razones fisiológicas.

La fuerza: Esta consiste en ejercer tensión para vencer una resistencia, es una capacidad fácil de mejorar. Hay distintas manifestaciones de la fuerza: si hacemos fuerza empujando contra un muro no lo desplazaremos, o que entre las partes de los brazos y las piernas estén grandes o remarcadas, pero nuestros músculos actúan y consumen energía.

A esto se le llama Isométrica. Con este tipo de trabajo nuestras masas musculares se contornean porque se contraen y la consecuencia es que aumenta lo que llamamos “tono muscular”, que, sí que la desplazaremos, y se produce una contracción de las masas musculares que accionan a tal fin.  A Este trabajo se le llama Isotónico.

Tanto hombre como mujeres, en su desarrollo evolutivo, parecen tener la capacidad para aumentar su fuerza durante la pubertad y la adolescencia. Alcanza un nivel máximo entre los 20 y los 25 años, a partir de aquí disminuye de manera considerable. De este modo, a los 25 años, una persona pierde en torno al 1% de su fuerza máxima cada año, por lo que, a los 65 años, una persona sólo tendrá el 60% de la fuerza que tenía a los 25 años, de manera aproximada. Esto supone que, si no trabajamos nuestra fuerza de forma adecuada, cuando tengamos 75 años, nuestras piernas y brazos serán tan débiles que nos costará, incluso, levantarnos del sillón o de la cama, lo que supone que no podremos valernos por nosotros mismos. La pérdida de fuerza muscular está relacionada con los niveles individuales de capacidad física y los hábitos personales. Las personas más activas o aquéllas que siguen realizando un entrenamiento de fuerza, tienen una tendencia menor a perder fuerza muscular.

Clases de fuerza.
Para diferenciar las distintas clases de fuerza hay que tener en cuenta las formas de manifestarse de la misma. Desde el punto de vista del entrenamiento, se pueden distinguir tres tipos:
      Fuerza máxima: Es la capacidad del músculo de desarrollar la máxima tensión posible, para ello, se movilizan grandes cargas sin importar la aceleración, como, por ejemplo, en la halterofilia. La velocidad del movimiento es mínima y las repeticiones que se realizan son pocas.
      Fuerza velocidad: También llamada fuerza explosiva, es la capacidad que tienen los músculos de dar a una carga la máxima aceleración posible. La velocidad del movimiento tiende a ser máxima. Este tipo de fuerza determina el rendimiento en actividades que requieren una velocidad explosiva en sus movimientos: voleibol al saltar y rematar, balonmano al lanzar a portería, atletismo al esprintar, fútbol al golpear un balón…
      Fuerza-resistencia: Es la capacidad muscular para soportar la fatiga provocada por un esfuerzo prolongado en el que se realizan muchas contracciones musculares repetidas. En este caso, como ni la carga ni la aceleración son máximas, la velocidad de ejecución no es muy grande y se puede hacer un alto número de repeticiones. Es el tipo de fuerza necesaria para actividades que requieran un largo y continuado esfuerzo: carreras largas, remo, natación, esquí de fonda.

La Resistencia: Es la capacidad de repetir y sostener durante un tiempo determinado un esfuerzo de intensidad bastante elevada y localizada en algunos grupos musculares.
Depende en gran parte de la fuerza de los músculos, pero también del hábito de los grupos musculares usados prosiguiendo sus contracciones en un estado próximo a la asfixia, pero sin alcanzar un estado tetánico.
En esta forma de esfuerzo, la aportación del oxígeno necesario a los músculos es insuficiente. No pueden prolongar su trabajo si no neutralizan los residuos de las reacciones químicas de la masa muscular. El organismo se adapta a la naturaleza del trabajo gracias a la producción de sustancias que impiden los excesos de ácidos y mediante el aumento de sus reservas energéticas.

Efectos del entrenamiento de resistencia:
1.   Aumento del volumen cardiaco: permite al corazón recibir más sangre y, en consecuencia, expulsar mayor cantidad de sangre en cada contracción.
2.   Fortalece el corazón: aumenta el grosor de las paredes del corazón, así como el tamaño de las aurículas y de los ventrículos.
3.   Disminuye la frecuencia cardiaca: De hecho, le permite al corazón realizar un trabajo más eficiente, bombea más sangre con menos esfuerzo.
4.   Incrementa la capitalización: aumenta el número de capilares y de alveolos, lo que mejora el intercambio de oxígeno.
5.   Mejora el sistema respiratorio: la capacidad pulmonar aumenta.
6.   Optimiza la eliminación de sustancias de desecho: se activa el funcionamiento de los órganos de desintoxicación: hígado, riñones, etc.
7.   Activa el metabolismo en general: entre otros efectos, disminuye la grasa y el colesterol.
8.   Fortalece el sistema muscular.
9.   Mejora la voluntad y la capacidad de esfuerzo.
10.        Se considera que una persona tiene resistencia cuando es capaz de realizar un esfuerzo de una determinada intensidad durante un tiempo relativamente largo sin acusar los síntomas de la fatiga, y además está capacitada para continuar con el esfuerzo en buenas condiciones una vez hayan aparecido dichos síntomas.

Los tipos de resistencias:

Resistencia aeróbica.
Se define como la capacidad de soportar esfuerzos de gran intensidad y corta duración, retrasando el mayor tiempo posible la aparición de la fatiga, pese a la progresiva disminución de las reservas orgánicas.
En este tipo de resistencia no existe un equilibrio entre el oxígeno aportado y el consumido, ya que el aporte del mismo resulta insuficiente, es inferior al que realmente se necesita para realizar el esfuerzo. Las actividades que desarrollan la resistencia anaeróbica son de una intensidad elevada y, en ellas, el esfuerzo no puede ser muy prolongado.

Resistencia anaeróbica.
Se define como la capacidad de soportar esfuerzos de gran intensidad y corta duración, retrasando el mayor tiempo posible la aparición de la fatiga, pese a la progresiva disminución de las reservas orgánicas.
En este tipo de resistencia no existe un equilibrio entre el oxígeno aportado y el consumido, ya que el aporte de este resulta insuficiente, es inferior al que realmente se necesita para realizar el esfuerzo. Las actividades que desarrollan la resistencia anaeróbica son de una intensidad elevada y, en ellas, el esfuerzo no puede ser muy prolongado.

Resistencia anaeróbica aláctica.
Se define como la capacidad de mantener esfuerzos de intensidad máxima el mayor tiempo posible. Se llama así porque el proceso de utilización del ATP de reserva en el músculo se lleva a cabo en ausencia de oxígeno y sin producción de ácido láctico como residuo.

Resistencia anaeróbica láctica.
Se define como la capacidad de soportar y de retrasar la aparición de la fatiga en esfuerzos de intensidad alta.
En este tipo de resistencia, la obtención de energía se produce a partir de la producción de ATP gracias a diversas reacciones químicas que se realizan en ausencia de oxígeno y que generan como residuo ácido láctico que se acumula en el músculo.

La velocidad: Es la capacidad de recorrer una cierta distancia en un mínimo de tiempo. Los factores que determinan la velocidad son de orden diferente:
Muscular: en relación con el estado de la fibra muscular, su tonicidad y elasticidad, etc., o sea, la constitución íntima del músculo.
Nervio: se refiere al tiempo de reacción de la fibra muscular a la excitación nerviosa.

Factores que condicionan la velocidad:
Existen diversos factores de los cuales depende la velocidad y podrían dividirse en dos grandes grupos.
      Factores fisiológicos. Desde el punto de vista fisiológico dos serían los factores fundamentales que determinaría el grado de velocidad.
      Factor muscular. Está directamente relacionado con la velocidad de contracción del músculo, y queda determinado por:
      Los factores limitados constitucionalmente y que son no susceptibles de mejora como:
      La longitud de la fibra muscular y sus resistencias.
      La viscosidad del músculo.
      La estructura de la fibra muscular: en todos los músculos existen dos tipos de fibras musculares, las rojas o de tipo I, capaces de mantenerse activas durante largos periodos de tiempo, y las blancas o de tipo II, que son rápidas y sólo soportan esfuerzos cortos. La mayor cantidad de éstas últimas caracteriza a los sujetos veloces.
      Factor nervioso: Para que se realice la contracción muscular, se necesita la participación del sistema nervioso para transmitir el impulso desde los receptores periféricos al cerebro y la respuesta de éste a las fibras musculares. La transmisión del impulso a través del tejido muscular no es muy rápida y la velocidad viene determinada, sobre todo, por el tipo de neuronas motoras que se inervan.
      Factores físicos: Existen diversos factores de tipo físico que pueden condicionar la velocidad, entre ellos estarían:

La amplitud de zancada: influye en aquellas actividades con predominio de la velocidad de desplazamiento y depende fundamentalmente del poder de impulsión o de detención y de la longitud de las palancas (piernas).

La frecuencia o la velocidad de movimientos segmentarios: depende de la fuerza, de la flexibilidad y de la correcta ejecución de la técnica.

La relajación y la coordinación neuromuscular: debe haber coordinación entre los músculos agonistas y antagonistas para evitar los movimientos innecesarios.
La estatura: la estadística ha demostrado que los velocistas de 100 y 200 metros miden entre 1´65 y 1´90 metros, ya que el exceso de altura es un impedimento para desarrollar la máxima velocidad.
El peso: El exceso de peso es negativo cuando se quiere lograr la máxima velocidad.
La nutrición: las personas que realizan esfuerzos explosivos tienen mayores dificultades para eliminar grasas, ya que por las características de sus actividades no queman casi esas reservas, y el principal gasto energético es el de los hidratos de carbono. El glucógeno muscular juega un papel fundamental ya que estas personas trabajan especialmente el aspecto anaeróbico.

Los tipos de velocidad:
Es la capacidad de responder a un determinado estímulo en el menor tiempo posible, como, por ejemplo, en la parada de un portero o en el disparo de salida de una carrera de 100 metros.
También se denomina tiempo de reacción, ya que equivale al tiempo que la persona tarda en reaccionar a un determinado estímulo, es decir, al intervalo que transcurre desde que recibe el estímulo hasta que aparece la respuesta. Es un lapso muy breve que suele durar entre 0´10 y 0´15 segundos.

La velocidad de reacción depende de diversos factores entre los que cabe destacar los siguientes:
      El tipo de estímulo: visual, auditivo, táctil…
      La cantidad de órganos y receptores sensoriales estimulados.
      La intensidad y duración del estímulo.
      La velocidad de transmisión del impulso nervioso.
      La edad y el sexo.
      El nivel de concentración.
      El grado de entrenamiento.
Por último, cabe señalar que se distinguen dos tipos de velocidad de reacción:
Velocidad de reacción simple: a un estímulo preestablecido sólo le sucede una respuesta, como, por ejemplo, la salida de tacos en una carrera de velocidad.
Velocidad de reacción compleja: el estímulo y la respuesta son inciertos, hay que dar una respuesta rápida a un estímulo imprevisto, como, por ejemplo, en la reacción de un saque de tenis.

Velocidad de desplazamiento: Es la capacidad de recorrer una distancia en el menor tiempo posible, como, por ejemplo, la prueba de 100 metros braza en natación. Puede denominarse de otras maneras, como velocidad de traslación, velocidad frecuencial, velocidad cíclica…
En este tipo de velocidad, hay un desplazamiento de todo el cuerpo mediante la repetición continua de las acciones motrices que intervienen en los gestos técnicos (braceo y pateo de nadador).

Está determinada por varios factores, principalmente físicos:
      La amplitud de la zancada.
      La frecuencia de los movimientos segmentarios.
      La resistencia a la velocidad.
      La relajación y la coordinación neuromuscular.
Según la duración del esfuerzo, la velocidad de desplazamiento se divide en corta, media o larga.

      Velocidad de desplazamiento corta: cuando las acciones motoras tienen una duración menor a los 6 segundos.

      Velocidad de desplazamiento media: en esfuerzos cuya duración oscila entre los 6 y 12 segundos.

      Velocidad de desplazamiento larga: la duración es mayor de 12 segundos y se caracteriza por necesitar la resistencia de velocidad. Esto provoca algunas modificaciones en los patrones de movimiento, como la disminución de la frecuencia y de la amplitud de zancada.

Velocidad gestual: Es la capacidad de realizar un movimiento con una parte del cuerpo en el menor tiempo posible, como, por ejemplo, en un lanzamiento a portería en balonmano o en un golpe de revés en tenis. También se le denomina velocidad segmentaria, velocidad de ejecución, velocidad de acción…
Se caracteriza por ser un gesto aislado que sólo se repite una vez. Los factores que influyen en la velocidad gestual son de origen tanto fisiológicos como físicos:
      La capacidad de coordinación muscular para efectuar el movimiento.
      El brazo de palanca.
      El nivel de aprendizaje del gesto.
      La localización y la orientación espacial.
      El miembro utilizado: superior o inferior, dominante o no dominante.
      El tiempo empleado en la toma de decisión.

La coordinación: Es la capacidad que tienen los músculos esqueléticos del cuerpo de sincronizarse bajo parámetros de trayectoria y movimiento.
El resultado de la coordinación motora es una acción intencional, sincrónica y sinérgica. Tales movimientos ocurren de manera eficiente por contracción coordinada de la musculatura necesaria, así como el resto de los componentes de las extremidades involucradas. La coordinación muscular está mínimamente asociada con procesos de integración del sistema nervioso, el esqueleto y el control del cerebro y la médula espinal.

Tipos de coordinación:
Coordinación segmentaria: Se refiere a los movimientos que realiza un segmento -brazo, pierna- y que pueden estar relacionados con un objeto: balón, pelota, implemento, etc...
Diferenciaremos dos tipos de coordinación segmentaria:

Coordinación óculo pédica: Los movimientos los organizamos con las piernas (pie) y los ojos (óculo), como en fútbol; y
Coordinación dinámica general: Intervienen los brazos y manos, con los ojos, como en baloncesto.

Coordinación dinámica general: Los movimientos son dirigidos y están sincronizados afectando a todo el cuerpo, desde los pies hasta la visión, pasando por tronco y brazos o manos. En el gesto del salto, tanto vertical, como horizontal, la correcta contracción y relajación secuenciada y ordenada de los músculos aumentará la marca. Es muy importante automatizar el patrón motriz del gesto deportivo de lanzamiento de peso, en el que la coordinación será la que sume inercias y fuerzas para mandar el objeto lo más lejos posible.

Coordinación Espacial: Los movimientos son ajustados para adaptarse al desplazamiento de un móvil y / o al de los demás deportistas, cuyas trayectorias se producen en un espacio.

Capacidades físicas coordinativas: La coordinación, en su sentido más amplio, consiste en disponer un conjunto de cosas o acciones de forma ordenada, con vistas a un objetivo común. Según algunos autores, la coordinación es "el acto de gesticular las interdependencias entre actividades". En otros términos, coordinar implica realizar adecuadamente una tarea motriz. Según Dietrich Harre existen estas capacidades coordinativas:

La capacidad de acoplamiento o sincronización: Es la capacidad para coordinar movimientos de partes del cuerpo, movimientos individuales y operaciones entre sí.

La capacidad de orientación: Es la capacidad para determinar y cambiar la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio y en el tiempo.

La capacidad de diferenciación: Es la capacidad para lograr una alta exactitud y economía fina de movimiento.

La capacidad de equilibrio: Es la capacidad del cuerpo para mantenerlo en una posición óptima según las exigencias del movimiento o de la postura.

La capacidad de adaptación: Es la capacidad para situarse adecuadamente en una situación motriz, implica responder de forma precisa.

La capacidad rítmica (Ritmo): Es la capacidad de comprender y registrar los cambios dinámicos característicos en una secuencia de movimiento, para llevarlos a cabo durante la ejecución motriz.

La capacidad de reacción: Es la capacidad de iniciar rápidamente y de realizar de forma adecuada acciones motoras en corto tiempo a una señal.

22 comentarios:

  1. HANSEL EDUARDO NOVAS Y SU HERMANA YAREISYS NOVAS NO. 17 Y 36

    ResponderBorrar
  2. Profe y cuales son las preguntas que no las veo

    ResponderBorrar